Bugatti finaliza la producción del W-16 Bolide: El capítulo final

Bugatti ha concluido oficialmente la producción del Bolide, su hiperdeportivo W-16 extremo centrado en la pista. La unidad número 40 y última salió de la fábrica de Molsheim, Francia, lo que marca un hito importante mientras la compañía se prepara para abandonar el motor icónico. Este no es simplemente el fin de un automóvil, sino el cierre de una era de 20 años definida por el motor W-16 característico de Bugatti.

El último de un linaje

El último Bolide fue comprado por un coleccionista de Bugatti desde hace mucho tiempo, que también posee uno de los últimos Veyron Grand Sports jamás fabricados. Este garaje de coleccionista también alberga un Bugatti Type 35 clásico, un coche de carreras legendario de la década de 1920, que demuestra un profundo aprecio por la historia de la marca. El automóvil en sí presenta una combinación de colores llamativa: exterior negro azul y azul especial Lyonnais combinado con un interior de Alcantara azul lago.

La exclusividad del Bolide (con un precio de 4 millones de euros) significa que seguirá siendo una máquina de pista para la mayoría de los propietarios. Sin embargo, la firma de ingeniería británica Lanzante ya está trabajando en conversiones legales para carreteras, lo que sugiere que algunos compradores podrían intentar eludir las restricciones. Esto pone de relieve la demanda constante de vehículos de rendimiento extremo, incluso si inicialmente están diseñados para uso en circuitos cerrados.

El canto del cisne del W-16

Aunque el Bolide está terminado, Bugatti todavía está entregando el Mistral, el último modelo W-16 de carretera. Limitado a 99 unidades, el Mistral es el coche descapotable más rápido jamás producido. Una vez que concluyan las entregas, el motor W-16 se retirará oficialmente.

Sin embargo, la transición no será abrupta. Bugatti ya ha desarrollado un nuevo motor V-16 para el próximo Tourbillon, el reemplazo del Chiron. Este nuevo motor, desarrollado conjuntamente con Cosworth, abandona la configuración quad-turbo en favor de la potencia de aspiración natural, con una cilindrada aumentada de 8,4 litros e integra un sistema híbrido para cumplir con los estándares de emisiones modernos. El cambio refleja no sólo el progreso tecnológico, sino también las crecientes presiones de la industria para cumplir con las regulaciones ambientales.

Mantener vivo el legado

Bugatti también está lanzando el “Programa Solitario”, un programa similar al enfoque de Pagani. Esta iniciativa permitirá realizar encargos personalizados utilizando sistemas de propulsión y chasis existentes, como el Brouillard, esencialmente manteniendo vivos los modelos más antiguos con diseños y hardware actualizados. Esta estrategia garantiza que los vehículos legendarios de Bugatti no se desvanezcan en la oscuridad, reflejando potencialmente el atractivo duradero de autos como el Pagani Zonda.

El fin de la W-16 no es un punto y final; es una coma. Bugatti tiene claramente la intención de preservar su herencia mientras avanza.

El final de la producción del Bolide marca el fin de una era para Bugatti. Sin embargo, los planes de la compañía para el futuro sugieren que el legado del W-16 seguirá influyendo en sus creaciones en los años venideros.