La icónica serie Gymkhana, que impulsó al piloto de rallyes Ken Block a la fama mundial en 2008, ha resurgido con una nueva entrega protagonizada por Travis Pastrana. Esta vez, la acción se desarrolla a través de los espectaculares paisajes de Australia en un Subaru Brat muy modificado, superando los límites de las acrobacias automotrices como nunca antes. El tan esperado regreso marca un punto de inflexión: las autoridades australianas inicialmente bloquearon un intento de filmar allí en 2014, citando estrictas leyes anti-hoon. Ahora, diez años después, la serie fue recibida con los brazos abiertos.
Un debut muy retrasado
Durante años, Australia siguió siendo un lugar codiciado pero inalcanzable para la franquicia Gymkhana. El cofundador Brian Scotto explica que el rechazo inicial se debió a la postura agresiva del país contra la conducción imprudente. Sin embargo, una década después, el clima había cambiado y Pastrana recibió luz verde para filmar. Este cambio no se trata sólo de acceso: representa un cambio en la forma en que Australia ve los deportes de motor extremos.
Trucos que redefinen “Shred”
La película comienza con Pastrana ejecutando un salto asombroso sobre un enorme tren de carretera en el interior de Australia. A partir de ahí, las acrobacias aumentan rápidamente. Una retrospectiva de películas anteriores de Gymkhana incluye deambular alrededor de un conductor de Segway; esta vez, el conductor está vestido de manera divertida con un traje de canguro.
El verdadero espectáculo comienza en Mount Panorama, sede de la carrera Bathurst 1000. Pastrana no sólo conduce en la pista; él lo invade durante una carrera de Supercars en vivo, deslizándose junto a máquinas con motor V8 en un enfrentamiento lleno de adrenalina. La secuencia culmina en una carrera de alta velocidad contra un Chevrolet Camaro, desdibujando aún más la línea entre el caos controlado y la precisión calculada.
Las calles de Sydney y un final turboalimentado
Luego, la tripulación se mudó a Sydney, donde Pastrana recorre las calles de la ciudad antes de soltar al Brat en un muelle. Este acto final muestra el motor turboalimentado de 2.0 litros hecho a medida del automóvil, que ofrece un sonido diferente a cualquier otro vehículo Gymkhana. El resultado es una muestra cruda y sin filtros del rendimiento automotriz.
“Esta combinación de asuntos pendientes que teníamos abajo y ser la última película de Pastrana en la serie no solo la hace muy especial para mí, sino que también ejerce presión para superar los límites de lo que podemos hacer tanto en el auto como detrás de la cámara”. – Brian Scotto, cofundador de Hoonigan.
El regreso de la serie Gymkhana a Australia es significativo no sólo por las acrobacias en sí, sino también por la historia detrás de ellas. El cambio del rechazo total al apoyo entusiasta refleja una creciente aceptación de los deportes de motor extremos en un país alguna vez definido por sus estrictas regulaciones. Esta última entrega no es sólo una película; es un símbolo de la evolución de las actitudes hacia la cultura automotriz.





















