China, un semillero de innovación en vehículos eléctricos, está considerando nuevas regulaciones que podrían impactar significativamente el emocionante desempeño de aceleración de sus autos. Un borrador de las “Especificaciones técnicas para vehículos de motor que circulan en carreteras” propone un modo predeterminado para todos los vehículos de pasajeros que requieren al menos cinco segundos para alcanzar los 100 km/h (62 mph) desde parado. Esta restricción se aplicaría a todos los automóviles nuevos vendidos en China, independientemente de si funcionan con gasolina o electricidad.
Este cambio propuesto marca una desviación del estándar GB 7258-2017 existente, que carecía de tales limitaciones. El nuevo borrador estipula que al arrancar el motor, los vehículos deben ingresar automáticamente a este modo de “aceleración restringida” a menos que el conductor lo anule manualmente. Piense en ello como una configuración Eco que se encuentra en muchos vehículos eléctricos en la actualidad: un mecanismo controlado por software que limita la producción de energía para lograr eficiencia. Los conductores deberán repetir esta anulación cada vez que enciendan su automóvil.
Si bien existen regulaciones similares en Europa, se centran principalmente en advertencias de límite de velocidad en lugar de restricciones absolutas. Sin embargo, el potencial gobierno chino frenaría directamente la explosiva aceleración que ahora caracteriza a muchos coches eléctricos. Esta medida tiene implicaciones importantes para el floreciente mercado de vehículos eléctricos de China. Los vehículos eléctricos súper rápidos como el Xiaomi SU7 Ultra (capaz de alcanzar 62 mph en tan solo 1,98 segundos) o el Tesla Model S Plaid (que logra la misma velocidad en solo 2,1 segundos) se verían afectados, aunque temporalmente hasta que el conductor seleccione un modo de rendimiento después del arranque.
La razón detrás de este cambio propuesto no es únicamente controlar las velocidades de los autos eléctricos. El proyecto de “Especificaciones de seguridad para vehículos de motor que circulan por carreteras” también introduce otra norma destinada a limitar la velocidad en vehículos más largos, aquellos que miden 6 metros o más de longitud. Estos coches gigantes requerirían un sistema de alarma de exceso de velocidad que emita advertencias visuales y/o audibles si superan los 100 km/h (62 mph).
En conjunto, estos proyectos de regulaciones sugieren una iniciativa china más amplia para gestionar el comportamiento de los vehículos en sus carreteras, priorizando las preocupaciones de seguridad mientras la nación navega por el rápido aumento de los potentes vehículos eléctricos.
Si bien el impacto total sigue sin estar claro hasta que se implementen las regulaciones finales, una cosa es segura: este cambio propuesto podría moderar la electrizante aceleración que se ha convertido en un sello distintivo de los vehículos eléctricos modernos en China.
