En 1969, el panorama automovilístico era una mezcla fascinante de ambición innovadora y exploraciones experimentales. Mientras Ferrari fabricaba el 512 S Berlinetta Speciale con motor V12 (un superdeportivo en forma de cuña que presagiaba el icónico Lamborghini Countach), General Motors desarrollaba silenciosamente algo completamente diferente: un pequeño vehículo eléctrico llamado 512E. Aunque en gran parte olvidado, este “huevo eléctrico” ofrece una ventana única a los primeros días del desarrollo de vehículos eléctricos y presagia el renovado enfoque de GM en vehículos eléctricos asequibles.
Una historia de dos conceptos
El Ferrari 512 S Berlinetta Speciale fue construido para la velocidad y el rendimiento, un símbolo del exceso automovilístico. Por el contrario, el 512E de GM fue una creación deliberadamente modesta. Diseñado para entornos urbanos y exhibido como parte de la familia más amplia de microautos experimentales de GM en la feria comercial Transpo ’72, el 512E no se trataba de batir récords de velocidad. Representaba una visión de transporte eficiente, compacto y eléctrico.
Pequeño en todas las dimensiones
¿Qué tan pequeño era el 512E? Sus dimensiones eran notables, sobre todo teniendo en cuenta que es anterior al moderno Smart ForTwo. Con apenas 86,3 pulgadas de largo y 56 pulgadas de ancho, era un pie más corto y 3 pulgadas más estrecho que el auto Smart.
Diseño único para fácil acceso
Acceder al interior del 512E fue una experiencia en sí misma. Presentaba un diseño inusual que combinaba una marquesina elevable que recordaba a la visera de un casco y puertas frontales con bisagras laterales que evocaban el estilo de las bañeras para personas con movilidad reducida. Las pequeñas ruedas del coche, equipadas con neumáticos gruesos, le daban un aire claramente retro.
Lento y constante
El desempeño del 512E no fue precisamente emocionante. Podría alcanzar una velocidad máxima de sólo 30 mph en 12 segundos, una velocidad que, sorprendentemente, es comparable a la del moderno Citroën Ami, otro vehículo eléctrico urbano con un límite de velocidad similar. Mientras que el Ami cuenta con un alcance de 47 millas, el 512E lo supera en 11 millas, aunque la carga lleva mucho más tiempo: siete horas en comparación con las cuatro del Ami.
Tecnología antigua, nuevas ideas
La diferencia en los tiempos de carga resalta una distinción clave: las baterías. El Ami utiliza tecnología moderna de iones de litio, mientras que el 512E se basa en paquetes de plomo-ácido más antiguos de Delco-Remy. A pesar de la tecnología de batería obsoleta, el 512E con cuerpo de fibra de vidrio pesaba sorprendentemente 1,250 libras, apenas un poco más que el Ami de 1,065 libras.
El legado de un prototipo
El 512E nunca llegó a los concesionarios Chevrolet en las décadas de 1970 y 1980. Sin embargo, esto no era una señal de que GM hubiera abandonado el concepto de coches eléctricos pequeños. La posterior presentación del concepto Impact EV y su posterior producción como EV1 demostraron que GM continuó explorando la tecnología de vehículos eléctricos.
Mirando hacia el futuro
Medio siglo después, GM regresa al juego de los vehículos eléctricos con el próximo Bolt 2027. El 512E sirve como recordatorio de los primeros experimentos e innovaciones de GM en el espacio de los vehículos eléctricos. Es fácil imaginar cuánto más atractivo podría ser el nuevo Bolt con un toque de ese estilo de los años 1970, tal vez incluso un guiño a la exclusiva capota abatible del 512E.
El 512E no buscaba un alto rendimiento, sino demostrar el potencial del transporte eléctrico pequeño y eficiente: una visión que resuena incluso hoy en día.
